sábado, 14 de mayo de 2011

Expresando sentimientos...

Me encuentro sentada en mi habitación, escuchando música y escribiendo. Es uno de esos días terribles en los que parece que la mala suerte te acompaña y no se quiere ir de tu lado, para variar te sientes sola... por un lado dices que te da igual, por otro te sientes cansada de todo... y de casi todos.

Para añadirle más leña te duele el estómago (a saber. Nervios o cualquier otra cosa rara), y además tu ánimo y tu autoestima están por los suelos, y tú lo único que eres capaz de hacer es escribir en un intento de desahogarte.

Odias la sociedad, odias a toda la maldita humanidad que no tiene personalidad, que juzga sin conocer, que habla por hablar. Quieres que todo cambie, pero sabes que no lo hará por mucho que te esfuerces. Odias y amas a la soledad, pero sabes que sea como sea ya nunca te abandonará. Te sientes frustrada, apenada, desesperada y solo deseas con todo acabar. Pero no puedes, no debes y sabes que no lo harás, porque aún te queda algo por lo que seguir. Un clavo ardiendo al que aferrarte, aún siendo posible que tú también te quemes.... o algo más.

Intentas distraerte haciendo algo, pero no puedes, es imposible. Tus pensamientos giran alrededor de varias cosas que te preocupan sin terminar de centrarse; empieza a dolerte terriblemente la cabeza.

Una amistad dañada por malentendidos, unos relatos por escribir, unos sentimientos a los que temes enfrentarte y mil problemas más en los que ya no quieres ni pensar.... suspiras, cierras el word y te preparas para volver a la odiada realidad, a la odiada y estereotipada sociedad que no acepta a una persona como tú, y a la que tú tampoco aceptas.

Ok, después de esta cosa rara que no sé como o de donde ha salido... sorry chicos, tenía que publicar, yo sé que esto es algo... en fin. Pero es que, a veces exploto y ya que no puedo gritar hay que tomar otras medidas.

sábado, 7 de mayo de 2011

El mensajero de la oscuridad. La suerte de los ladrones, la oscuridad que acecha y la luna del traidor.

Vale, el título suena raro, lo sé.

Hoy traigo otra recomendación, para variar es de un libro :P. Más bien es una saga de cinco o seis libros, de los cuales por ahora solo tres están en español pero son realmente geniales.

La suerte de los ladrones.

Cuando el joven Alec de Kerry es encarcelado por un crimen que no cometió, está convencido de que su vida toca a su fin. Pero no ha contado con su compañero de celda. Espía, pícaro, ladrón y noble, Seregil de Rhíminee es muchas cosas...

Al principio os puede parecer poco interesante, pero alrededor de la página veinticinco te quedas totalmente enganchado/a a la lectura.

Y ya de los otros dos (la oscuridad que acecha y la luna del traidor), no os digo nada, además de que los amo. ¿Por qué? Simple... porque no quiero dar spoilers :P

¡Nos vemos en la próxima entrada!

Lisbeth Prince.
Si un segundo basta para morir, debe bastar para cambiar...

lunes, 2 de mayo de 2011

Amante cautiva.

¡Aprovechemos mi inspiración ahora que la tengo! Jaja.

Pues en esta entrada voy a recomendaros un libro que es... simple y llanamente genial. Amante cautiva, de Shirley Busbee.

Acabo de empezarlo, pero ya lo amo. En serio, es muy bueno. Os dejo la sinopsis, como siempre.

La pasión no había rozado aún a la bellísima y voluntariosa Nicole Ashford, pero estaba destinada para la aventura y el placer más allá de lo que había
conocido jamás cualquier mujer de su tiempo.

Burlando un despiadado complot contra ella, huyó de su aristocrático hogar inglés en un barco corsario con rumbo a los fastuosos refugios de piratas de
Nueva Orléans y al exquisito abandono en las recónditas cuevas de las Islas Bermudas. Sin embargo, la misma osadía de su fuga la lanzó a un peligro aún
mayor, como la amante cautiva de un notorio bandido de los mares, el Capitán Sable, cuyos besos, tiernos y apasionados, se apoderaron de su alma.

Y no existía nada ahora que pudiera detener lo que había empezado entre ellos -¡nada podía apagar las llamas ardientes del amor para el cual habían nacido!

Tengo que agradecer a mi gran amiga y hermana Laura por pasármelo, eso sí. Yo no lo conocía hasta ahora. ¡Espero que os guste!

domingo, 1 de mayo de 2011

Primer escrito.

¡Muy buenas!

¿Qué tal estáis?

Bueno, hoy quiero compartir con vosotros un escrito. Es un relato bastante corto que escribí en un momento de... ¿Inspiración? ¿Aburrimiento?... bueno, el caso es que después no lo seguí, pero podría haber sido un lindo primer capítulo o prólogo de una historia tal vez interesante.

Por otra parte sé que algunos de los que me leeis estáis insistiéndome para que escriba algo, pero actualmente tengo inspiración nula así que voy a ir compartiendo trocitos de algo que, aunque sin proseguir, tal vez os gusten. Vamos con este primer relato... es lo más reciente que he escrito.

Capítulo 1.

Se despertó por el estridente sonido de la alarma de su móvil. Extendió una mano casi con desgana y pulsó el botón para apagarlo, haciendo que en la habitación reinara el silencio de nuevo. Se disponía a cerrar los ojos para seguir durmiendo, cuando recordó que estaba por perder un vuelo a Chicago y se incorporó de un súbito impulso. Se levantó, duchó, vistió y peinó en tiempo récord y poco después leía el periódico con una taza de chocolate caliente entre sus manos.

El titular de la primera página rezaba: "Muere asesinada otra chica de pelo cobrizo". La taza resbaló de sus manos y se hizo añicos al chocar contra el suelo, esparciendo su contenido por este. Ella permaneció imperturbbable sentada en la silla, sin apartar los ojos de la foto que mostraba a una chica joven, de no más de veinte años; con el cabello cobrizo, la piel blanca como la nieve y los ojos de un bello color verde azulado.

Idéntica a ella.

- Esto no puede estar pasándome precisamente a mí -se quejó la joven. Tenía una voz suave, melodiosa como el canto de los pájaros. Se levantó y recogió el desastre del suelo, después tiró el periódico y se dirigió al recibidor de su modesto departamento.

Allí la esperaba una enorme maleta negra, que cogió con una mano y salió a continuación, caminando hacia el ascensor. Una vez las rejas se hubieron cerrado a su paso, ella pensó:

"Ya está, todo va a acabar". Llegó rápido al aeropuerto, y una hora después salía desde Londres hacia Chicago.

Virginia Charlotte Brown era una joven británica con una fuerza de voluntad a prueba de todo. Tenía todo lo que podía desear, excepto una cosa: el amor. Era guapa, inteligente, influyente, poderosa y rica. Y, sin embargo, nada de eso le importaba. Tampoco lo hacía el ser portadora de una sonrisa amplia y agradable terriblemente hermosa. En cambio, le gustaba saber que era una persona sencilla, amante de los pequeños placeres de la vida y con un carácter agradable. Estaba al tanto de que a muchas personas no les gustaba su personalidad soñadora, pero no le tomaba la más mínima atención a ello. No era su problema, al fin y al cabo.

Solía ser una persona tranquila y calmada, pero sin duda aquel viaje le pareció interminable y, cuando al fin aterrizó en Chicago no cabía en sí de gozo. Bajó del avión con los ojos llenos de lágrimas por la emoción, y al instante fue recibida por un chico alto, musculoso, de pelo negro y ojos marrones cubiertos por unas gafas.

- Bienvenida a Chicago, señorita Brown. -bromeó él haciéndola reír.

- Gracias por venir a recibirme, Alan -dijo ella algo sonrojada. Él la miró con reproche.

- Por dios Charlie, eres mi hermana. -se quejó él aún bromeando y la abrazó.

- Nunca cambies, Alan... -pidió ella con una sonrisa entre alegre y nostálgica. Su hermano la abrazó comprensivo y la condujo a las afueras del aeropuerto, hasta su coche. Metió las maletas en el maletero y le cedió el asiento del copiloto con una carcajada alegre.

- Las damas primero, querida -dijo cómicamente. Ella soltó una risita sofocada y subió, acomodándose en el asiento y cerrando la puerta.

El moreno condujo en silencio por las calles de Chicago hasta un bloque de apartamentos, donde estacionó y salieron.

Entraron al edificio y subieron por las escaleras hasta llegar a la primera planta. Allí, Alan sacó una llave del bolsillo y abrió con ella una de las puertas blancas.

- Es muy acogedor -aprobó ella con una sonrisa amplia adentrándose al recibidor. Sin decir nada más caminó con su maleta directa a la que sería su nueva habitación y comenzó a desempacar, tarareando una cancioncilla en el proceso.

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Vale, a ver. Lo he estado releyendo y ahora que me pongo a analizarlo en serio los personajes me recuerdan a algo... *tose disimuladamente* hum, cierto lector no puede quejarse. Creo que escribí algo relacionado con él de forma inconsciente.... mierda.

En fin chicos, mi persona se va y os deja en intriga porque necesita pensar sobre su nuevo descubrimiento ajajajajajjajjajajajajaja.